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Lo que nadie te cuenta sobre las almendras: confesiones de un vendedor especializado

Si estás leyendo esto, probablemente ya sepas que las almendras son saludables, sabrosas y están de moda. Pero hoy quiero contarte lo que nadie dice, lo que no aparece en las fichas de producto ni en los posts de Instagram: cómo es realmente el mundo de las almendras… desde el otro lado del mostrador.
Soy el creador de merey.cl, una tienda online especializada en frutos secos, donde las almendras chilenas son nuestra joya de la corona. Y después de años dedicándome a este producto, puedo decirte que lo que parece simple, no lo es. Lo que parece “saludable”, muchas veces no lo es. Y que vender calidad es mucho más difícil (y satisfactorio) de lo que imaginas.
Este artículo no es un tutorial nutricional ni una guía de recetas. Es una mirada brutalmente honesta sobre todo lo que implica ofrecer almendras realmente buenas. Si alguna vez te preguntaste por qué unas almendras son tan distintas de otras, por qué algunas saben mejor o duran más… este texto es para ti.
Por qué decidí fundar una tienda online solo para almendras (y frutos secos de verdad)
Todo empezó con algo muy simple: ir al supermercado y no encontrar almendras que valieran la pena.
O eran rancias. O venían llenas de sal. O tenían ese sabor extraño de “almendra vieja”, como si llevaran meses dando vueltas.
Y claro, uno se pregunta: ¿cómo puede ser que un país como Chile —productor top de almendras— venda un producto tan mediocre en su propio mercado?
Fue ahí cuando nació la idea de merey.cl. No solo como negocio, sino como respuesta a esa frustración: ¿qué pasaría si vendemos solo almendras de calidad, con frescura, trazabilidad, sabor real, y sin trampa?
No queríamos ser una tienda más. Queríamos ofrecer productos que uno mismo se llevaría a casa con confianza.
Hoy, ese proyecto es real. Y detrás de cada bolsa que enviamos hay decisiones, pruebas, rechazos y mucho cariño.

Cómo se produce una buena almendra en Chile (y por qué no todas lo logran)
Chile tiene un potencial tremendo para la producción de almendras. El clima mediterráneo de zonas como la Región Metropolitana, O’Higgins o Coquimbo permite cosechas de muy buen nivel, comparables incluso con las de California o España.
Pero… no todas las almendras que ves en las tiendas son iguales.
Una buena almendra necesita:
- Agua de calidad y controlada
- Cosecha cuidadosa (a mano o mecánica, pero sin maltratar el fruto)
- Secado controlado (ni húmeda ni sobreexpuesta al sol)
- Almacenamiento profesional (evitar oxidación y contaminación)
- Transporte rápido y frío si es necesario
¿Y qué pasa en la práctica? Muchas veces los productores pequeños hacen un trabajo excelente, pero venden su lote a empresas que mezclan todo tipo de calidad para vender volumen. Y es ahí donde el sabor se diluye, el color se oscurece, y la frescura se pierde.
En merey.cl lo aprendimos a la mala: al principio confiábamos en grandes distribuidores, hasta que empezamos a ver diferencias entre lotes. Desde entonces, trabajamos solo con productores que conocemos, de quienes sabemos cómo cuidan su almendra desde el árbol hasta el empaque.
La letra chica: lo que deberías revisar antes de comprar almendras en internet
Te prometo esto: una almendra puede parecer perfecta en una foto… y ser una decepción total cuando llega a tu casa.
Y no es casualidad.
Hoy, muchas tiendas online venden almendras importadas, de stock viejo o mezcladas con partidas de menor calidad, pero lo maquillan con buena foto y palabras como “natural” o “premium”.
¿Qué debes revisar como consumidor?
- Fecha de cosecha o envasado. Si no lo dicen, es porque no quieren que lo sepas.
- Origen. Hay diferencia entre almendra chilena y una importada de segunda calidad.
- Formato del producto. A veces las almendras vienen partidas o rotas y eso es señal de mal manejo.
- Transparencia. ¿Te cuentan quién la cosechó? ¿Dónde? ¿Cuándo? Si todo suena genérico… sospecha.
En merey.cl decidimos poner la información sin adornos: desde el tipo de almendra (cortada o entera), hasta el nombre de la zona productora. Si el cliente quiere saber más, le contamos. Porque la transparencia es parte del producto.

¿Naturales, tostadas, sin sal, con piel? La verdad detrás de cada tipo
Una de las preguntas más comunes es: ¿cuál es la mejor almendra?
Y la respuesta es: depende.
- Naturales: Sin tratamiento térmico. Conservan todos sus aceites y antioxidantes. Más sensibles a la oxidación. Ideales si las consumes pronto o las activas.
- Tostadas: Sabor más intenso, textura crujiente. Si están bien tostadas (como las nuestras), mantienen buena parte de sus nutrientes.
- Con sal: Deliciosas, sí. Pero cuidado con el exceso. Que sea sal marina y sin aditivos.
- Con piel: Mayor contenido de antioxidantes y fibra. Además, protegen mejor el fruto.
En nuestro caso, ofrecemos ambas versiones: naturales y tostadas sin sal. ¿Por qué sin sal? Porque creemos que el sabor de verdad está en la almendra misma, no en cubrirla con sal para disimular una cosecha mediocre.
El mito de lo “saludable”: cómo muchas almendras en el mercado no lo son tanto
Uno de los mayores engaños en el rubro de los frutos secos es asumir que todo lo que dice “natural” o “saludable” realmente lo es.
Y te lo digo desde dentro: hay muchas almendras en el mercado que no cumplen ni con la frescura ni con la calidad nutricional mínima para considerarse un alimento saludable.
Algunos ejemplos reales:
- Almendras viejas, rancias, con aceites oxidados
- Almendras con moho invisible (pero presente)
- Almendras con sal, glutamato u otros saborizantes sin declararlo
- Almendras importadas, procesadas hace más de un año
El problema es que la mayoría de los consumidores no nota estos detalles. O peor: creen que así deben saber las almendras.
Por eso, cuando en merey.cl enviamos una bolsa de almendras frescas, crocantes, con un aroma natural, los clientes muchas veces nos escriben diciendo: “¡No sabía que las almendras podían saber así!”.
Ahí está el punto: cuando pruebas calidad real, ya no hay vuelta atrás.
Cómo elegimos nuestras almendras en merey.cl (y por qué no vendemos cualquiera)
Esta parte es personal. Porque lo que ofrecemos en merey.cl no es un simple “producto más del carrito”. Es el reflejo de cómo entendemos los alimentos: con respeto, conciencia y sin atajos.
Nuestro proceso:
- Evaluación del productor: Visitamos, preguntamos, conocemos la forma en que trabajan.
- Cata y pruebas: Probamos la almendra en crudo y tostada. Revisamos aroma, sabor, textura.
- Test de frescura: Nada de bolsas al vacío de hace 6 meses.
- Lotes pequeños, controlados: No vendemos por volumen. Vendemos por confianza.
Y si un lote no cumple, simplemente no lo vendemos. No hacemos descuentos por calidad menor. No disfrazamos producto viejo. Preferimos tener menos stock, pero asegurarle al cliente que lo que está comprando es exactamente lo que nosotros mismos consumimos en casa.
Porque si tú confías en merey.cl, tenemos que estar a la altura.
Lo que nuestros clientes nos han enseñado sobre las almendras
Con el tiempo, me di cuenta de que no somos solo nosotros los que educamos al cliente. El cliente también nos educa a nosotros.
A través de correos, mensajes, llamadas o comentarios en redes, aprendimos que:
- Hay quienes remojan las almendras todas las noches como parte de su rutina de salud.
- Otros las usan para hacer leche vegetal casera.
- Muchos buscan alternativas para sus hijos, libres de azúcar y con proteína natural.
- Algunos clientes simplemente dicen: “No quiero que mi snack me haga sentir culpable”.
Y es ahí donde entendimos algo clave: vendemos mucho más que almendras. Vendemos confianza, conciencia y conexión.
Por eso no nos interesa competir por precio, ni entrar en la guerra de los marketplaces. Nuestra apuesta es otra: la calidad, el trato humano y la coherencia.

Reflexión final: si vendes calidad, el cliente lo nota (y lo agradece)
Hoy, después de cientos de envíos, decenas de productores, y muchísimos aprendizajes, puedo decirte algo con total seguridad: hacer las cosas bien vale la pena.
Porque cuando una persona compra en merey.cl y vuelve a escribirnos al mes para repetir el pedido, no es por casualidad. Es porque detrás de esa bolsa de almendras hay honestidad, respeto y compromiso.
No vendemos el producto más barato. Tampoco somos los más grandes.
Pero sí queremos ser los que más cuidan cada detalle.
Y eso, al final del día, es lo que diferencia a una tienda común de una tienda que deja huella.